Jornadas de Educación Rural con varios docentes de la región se cumplieron hace pocos días en Chapicuy
Publicado en 29.03.2014
ace algunos días, EL PUEBLO estuvo presente en una jornada denominada “Hacia una pedagogía rural, comunidad y praxis educativa”, realizada en la localidad sanducera de Chapicuy La misma estuvo a cargo del Licenciado en Ciencias de la Educación y Ciencias Antropológicas, Walter Díaz Marrero, tacua- remboense radicado en la localidad de Curtinas. Participaron docentes y auxiliares de escuelas y liceos rurales de la región, así como de escuelas agrarias. Las directoras de la Escuela Nº 54 y del Liceo de Chapicuy, Mtra. Susana Machado y Prof. Elsa Belbey respectivamente, tuvieron a su cargo la organización de las actividades, en las que hubo una importante asistencia de salteños. El disertante accedió a dialogar con este diario en los siguientes términos.
Explíquenos
sobre la actividad
profesional que realiza…
La actividad mía básicamente está centrada en el Centro Universitario de Tacuarembó. Estoy considerado como uno de los investigadores sociales del norte del Río Negro y mi trabajo está ubicado en los departamentos de Tacuarembó y Paysandú, no porque el Centro Universitario de Tacuarembó tenga áreas aquí en Paysandú, ahora estamos yendo para Cerro Largo y Rivera, pero como tengo viejas raíces acá, los resultados de las investigaciones casi siempre los presento primero acá en Paysandú. La temática principal mía es la Sociología y la Antropología Rural, el ser vivo y sus costumbres, los grupos humanos y sus costumbres. La Antropología en arqueología estudia las huellas materiales del pasado, huesos por ejemplo, en mi caso estudio gente viva.
¿Y con qué propósito
llega hoy aquí,
a trabajar con docentes
de toda esta región?
Es una práctica poco común en los centros educativos que se haga un encuentro entre docentes. El propósito es que se conozcan entre sí los docentes de escuelas rurales, liceos rurales, escuelas agrarias, y también los auxiliares, esto es algo novedoso, pero ellos también forman parte de los centros educativos y es bueno que sepan que son tenidos en cuenta en esto que llamamos el aprendizaje de los gurises.
Dijo en un momento de su disertación que todas las instituciones educativas del medio rural son diferentes, y por otra parte hablaba de “lo rural”. ¿No es entonces erróneo hablar de “lo
rural” como algo
general sin atender las
diferencias que usted
mismo dice que existen?
Es que ahí me refería a un concepto. Hay una estudiosa, Moraes, que habla de “mundos rurales”, porque lo que pasa es que hay algunas características comunes de “lo rural”, conceptualmente. Básicamente es la historia de sus tradiciones orales, su historia local, y después cada historia local tiene sus diferencias con las demás comunidades, vinculadas a su vez al tipo de producción que realizan y a los cambios a los que están sometidas las áreas rurales.
A veces se tiende
a una exigencia menor
en la educación rural.
Sin embargo cuando
el alumno termina ese
ciclo y pasa a una
educación urbana,
Universidad por ejemplo, podría sufrir las
consecuencias…
Un viejo pedagogo, Agustín Ferreiro, por allá por los años 1940 decía: “los mejores educadores para el medio rural”. Porque muy probablemente la oportunidad que tengan de formación académica, porque la escuela es eso, formación académica, sea únicamente esa instancia. En aquella época de los años 40, esa instancia era la escuela rural, y en estos años son escuelas rurales, liceos rurales, escuelas agrarias. Yo creo que sí, que tienen que ser los mejores educadores para esas escuelas. Y que haya un intercambio entre la formación primaria y el ciclo básico, que el ciclo básico conozca cuáles son los programas y que haya una etapa de nivelación de conocimientos. Pero eso es como orientación general. En Curtina, por ejemplo, la directora tiene un protocolo de seguimiento de sus niños cuando pasan al liceo rural. Porque ¿qué pasa con el niño que la maestra lo conoció muy bien durante 6 años?, entonces lo sigue. Pero para eso tiene que haber un intercambio con el liceo.
Este encuentro promueve eso, para que el niño se forme de la mejor manera posible, en definitiva lo importante es eso, no las instituciones.
La realidad, sin
embargo, muestra que
docentes muy jóvenes, con muy poca experiencia, son los que comúnmente
están desempeñándose
en el ámbito rural…
La formación docente es “urbanocéntrica”; los textos y hasta los propios docentes tienen la concepción de que el mundo urbano es el centro de todo y que lo demás no les corresponde.
Los maestros jóvenes se forman en ese sentido y con esa experiencia.
En Tacuarembó estamos haciendo cursos de Sociología Rural, para que los maestros conozcan cuál es el medio en el que van a trabajar, porque su estudio es de forma abstracta, nadie les dijo cómo son los niños con los que van a trabajar.
JORGE PIGNATARO
Hace algunos días, EL PUEBLO estuvo presente en una jornada denominada “Hacia una pedagogía rural, comunidad y praxis educativa”, realizada en la localidad sanducera de Chapicuy La misma estuvo a cargo del Licenciado en Ciencias de la Educación y Ciencias Antropológicas, Walter Díaz Marrero, tacuaremboense radicado en la localidad de Curtinas. Participaron docentes y auxiliares de escuelas y liceos rurales de la región, así como de escuelas agrarias. Las directoras de la Escuela Nº 54 y del Liceo de Chapicuy, Mtra. Susana Machado y Prof. Elsa Belbey respectivamente, tuvieron a su cargo la organización de las actividades, en las que hubo una importante asistencia de salteños. El disertante accedió a dialogar con este diario en los siguientes términos.
Explíquenos sobre la actividad profesional que realiza…
La actividad mía básicamente está centrada en el Centro Universitario de Tacuarembó. Estoy considerado como uno de los investigadores sociales del norte del Río Negro y mi trabajo está ubicado en los departamentos de Tacuarembó y Paysandú, no porque el Centro Universitario de Tacuarembó tenga áreas aquí en Paysandú, ahora estamos yendo para Cerro Largo y Rivera, pero como tengo viejas raíces acá, los resultados de las investigaciones casi siempre los presento primero acá en Paysandú. La temática principal mía es la Sociología y la Antropología Rural, el ser vivo y sus costumbres, los grupos humanos y sus costumbres. La Antropología en arqueología estudia las huellas materiales del pasado, huesos por ejemplo, en mi caso estudio gente viva.
¿Y con qué propósito llega hoy aquí, a trabajar con docentes de toda esta región?
Es una práctica poco común en los centros educativos que se haga un encuentro entre docentes. El propósito es que se conozcan entre sí los docentes de escuelas rurales, liceos rurales, escuelas agrarias, y también los auxiliares, esto es algo novedoso, pero ellos también forman parte de los centros educativos y es bueno que sepan que son tenidos en cuenta en esto que llamamos el aprendizaje de los gurises.
Dijo en un momento de su disertación que todas las instituciones educativas del medio rural son diferentes, y por otra parte hablaba de “lo rural”. ¿No es entonces erróneo hablar de “lo rural” como algo general sin atender las diferencias que usted mismo dice que existen?
Es que ahí me refería a un concepto. Hay una estudiosa, Moraes, que habla de “mundos rurales”, porque lo que pasa es que hay algunas características comunes de “lo rural”, conceptualmente. Básicamente es la historia de sus tradiciones orales, su historia local, y después cada historia local tiene sus diferencias con las demás comunidades, vinculadas a su vez al tipo de producción que realizan y a los cambios a los que están sometidas las áreas rurales.
A veces se tiende a una exigencia menor en la educación rural.
Sin embargo cuando el alumno termina ese ciclo y pasa a una educación urbana, Universidad por ejemplo, podría sufrir las consecuencias…
Un viejo pedagogo, Agustín Ferreiro, por allá por los años 1940 decía: “los mejores educadores para el medio rural”. Porque muy probablemente la oportunidad que tengan de formación académica, porque la escuela es eso, formación académica, sea únicamente esa instancia. En aquella época de los años 40, esa instancia era la escuela rural, y en estos años son escuelas rurales, liceos rurales, escuelas agrarias. Yo creo que sí, que tienen que ser los mejores educadores para esas escuelas. Y que haya un intercambio entre la formación primaria y el ciclo básico, que el ciclo básico conozca cuáles son los programas y que haya una etapa de nivelación de conocimientos. Pero eso es como orientación general. En Curtina, por ejemplo, la directora tiene un protocolo de seguimiento de sus niños cuando pasan al liceo rural. Porque ¿qué pasa con el niño que la maestra lo conoció muy bien durante 6 años?, entonces lo sigue. Pero para eso tiene que haber un intercambio con el liceo.
Este encuentro promueve eso, para que el niño se forme de la mejor manera posible, en definitiva lo importante es eso, no las instituciones.
La realidad, sin embargo, muestra que docentes muy jóvenes, con muy poca experiencia, son los que comúnmente
están desempeñándose en el ámbito rural…
La formación docente es “urbanocéntrica”; los textos y hasta los propios docentes tienen la concepción de que el mundo urbano es el centro de todo y que lo demás no les corresponde.
Los maestros jóvenes se forman en ese sentido y con esa experiencia.
En Tacuarembó estamos haciendo cursos de Sociología Rural, para que los maestros conozcan cuál es el medio en el que van a trabajar, porque su estudio es de forma abstracta, nadie les dijo cómo son los niños con los que van a trabajar.
JORGE PIGNATARO
19 de febrero de 2015 a las 2:15 am